Condominios sostenibles

Desde hace algún tiempo, en el sector empresarial se ha venido fortaleciendo una corriente de pensamiento que busca que las empresas sean más responsables en su actividad, ya no sólo con sus finanzas, sino también con el ambiente natural y humano en el que operan. Esa responsabilidad con relación al impacto que genera la actividad se ha extendido al punto de que en muchos ámbitos es un elemento crítico a considerar en la evaluación del desempeño de la empresa.


Se han elaborado principios a tomar en cuenta para el ejercicio de esa responsabilidad como los Diez Principios del Pacto Global de Naciones Unidas, basados en documentos de amplia e indiscutible aceptación masiva como, entre otros, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Resolución El Futuro Que Queremos (acordada en el contexto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro - 1992) y la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción, o los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Además, hay guías y estándares como la Guía ISO 26000, o las familias de normas ISO 9000 (conjunto de normas sobre calidad y gestión de calidad) o ISO 14000 (conjunto de normas que cubre aspectos del ambiente, de productos y organizaciones).


Este nuevo paradigma se ha extendido a todo tipo de organización y actividad que genere impacto en esos ámbitos, sea económico, ambiental y social, así que los condominios no pueden quedarse fuera de esta exigencia de responsabilidad con las siguientes generaciones.


La administración de un condominio puede ser un agente de cambio que promueva la adopción, inicialmente de estos valores (empezando, por ejemplo con los Diez Principios del Pacto Global), o en un estado más avanzado, busque el cumplimiento con guías y estándares como los referidos.


El primer paso, para un condominio que desee caminar hacia ser más responsable con el ambiente y con el entorno social, pasa por analizar impactos de sus actividades.


En los condominios se consumen recursos de diversas fuentes y en diversas formas, como energía, agua, papel, combustibles, y otros insumos. De igual manera se generan desechos en las filiales y actividades de mantenimiento y reparación. Hay también posibles impactos para el entorno humano por flujos vehiculares, condiciones de contratación del personal y adquisiciones de bienes y servicios, que si bien no son compras públicas, muchas veces padecen de los mismos problemas de intereses personales y comisiones que encarecen precios y afectan la calidad.


La ruta hacia la sostenibilidad pasa por un proceso en el que inicialmente se tomará alguno de estos  u otros elementos, se medirá y evaluará su impacto.


Luego, se analizarán y propondrán nuevas formas de gestión, alineadas con estos principios de responsabilidad ambiental y social, para aprobación de la asamblea, junto con un Plan de Acción de implementación.


Como todo cambio ocupa un seguimiento cercano, y medición y comunicación de resultados como parte de esa gestión del cambio.

¿Su condominio es sostenible? Ya no sólo de trata de su inversión sino del mundo de las siguientes generaciones.

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