Desarrolladores que se enredan 2
En la nota anterior, comentábamos sobre los desarrolladores que se enredan y se ocasionan problemas innecesarios con la administración del condominio. Esta segunda parte es sobre pendientes constructivos.
Es comprensible que toda construcción enfrente en ocasiones exigencias de flujo de dinero que haga necesario priorizar las ventas. El problema surge cuando esa priorización ocasiona que las obras comunes se demoren demasiado o nunca lleguen a hacerse.
Los condóminos se molestan cuando eso sucede, se generan roces fuertes que afectan la labor de ventas y condóminos se encuentran en la frustrante posición de que si presionan demasiado y hacen pública su queja - pues a veces desean hasta acudir a la prensa -, podrían perjudicarse a sí mismos en la imagen del proyecto.
Hay que diferenciar pendientes constructivos comunes de los privados, sin embargo, para enfrentar dificultades en ambos pendientes, lo primero es que, antes de comprar, se contemple en la opción de compraventa alguna suma final cuya entrega al vendedor dependa de la efectiva conclusión de las áreas comunes y de la obra privada. Otro instrumento puede ser utilizar figuras como un fideicomiso de garantía.
Si eso no se se hizo, el paso inicial es hacer un inventario de los pendientes, tomando como fuente las ofertas de venta y publicidad en general, la correspondencia con condóminos y el permiso de construcción. La realidad construida (o por construir) debe de contrastarse con esto.
Una vez establecida y depurada esta lista, debe cerrarse. Si hay asuntos por garantía de obras ya hechas es otra lista aparte. Una lista interminable de pendientes constructivos es algo a lo que desarrolladores se enfrentan continuamente y el ambiente de negociación fracasa.
Luego debe constituirse un comité de seguimiento (idealmente en asamblea de propietarios), esa lista se somete a procesos continuos de negociación con la empresa desarrolladora, con el fin de pactar, por escrito, con fechas concreta.
Conforme se van efectuando las obras debe redactarse y firmarse finiquitos de recepción a satisfacción de las obras, idealmente validados luego en asambleas de propietarios.
Es importante entender que a la empresa le interesa vender lo antes posible y que sin un flujo de efectivo los pendientes no avanzarán. Claro que si de lo que se trata es de un abuso en el que hay ventas pero no obras comunes, habrá que plantear acciones legales.
Hay posibilidades en materia de protección al consumidor, incumplimiento contractual y podrían solicitarse medidas cautelares para protección del patrimonio condominal.
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