Desarrolladores que se enredan 1

Un desarrollo inmobiliario genera mucha actividad, muchas transacciones y con ello, necesariamente, muchos conflictos.


Hay dos tipos de conflictos que suelen suceder en condominio y usualmente se manejan juntos lo que hace que sean más complejos ya que uno perjudica al otro: la administración del patrimonio del condominio y pendientes constructivos. Abordaremos primero el tema del patrimonio del condominio.


Cuando se desarrolla un condominio, desde el día uno, el patrimonio condominal debería estar separado legal y contablemente del proyecto constructivo. El condominio debería tener su presupuesto, sus cuotas, su cuenta bancaria, sus libros y asambleas, y su personal y servicios. De una vez, quien llegue, así sea el primero, debe llegar a una persona jurídica y patrimonio independientes.


Pero suele no ser así. Muchos desarrolladores no separan el condominio construido de su proyecto en desarrollo, y normalmente es por alguna de estas razones (o todas): porque es una carga que no está dentro de lo que se supone que debe de hacer (desarrollar), porque no tiene una persona especialista en el tema a cargo que haga las cosas como debe ser, porque la demanda de servicios es muy baja como para poder contratar personal dedicado, porque hay incoherencias entre el régimen legal (desarrollador no paga) y la realidad (si no paga no funciona nada), o por pura desidia. Los fondos de cuotas normalmente son un monto ínfimo con relación al presupuesto de la construcción, así que normalmente cualquier idea de beneficiarse por utilizar esos fondos debe ser desechada en la enorme mayoría de los casos.


Todos esos motivos o causas tienen solución muy simple, pero no se ejecutarán si no hay conciencia en los desarrolladores de la importancia de separar patrimonios desde el primer día del desarrollo.


Cuando no se separa el patrimonio del condominio, se retrasa el proceso de aprendizaje y de responsabilidad individual de los condóminos. Sea lo que sea, sea constructivo o sea de mantenimiento, se crea la expectativa de que debe de ser el desarrollador quien lo atienda y pague.

Además, los usuales conflictos del proceso de compra, y pendientes constructivos de todos y cada uno se mezclan con los conflictos entre vecinos y los conflictos por la administración del patrimonio. Lo que menos necesita un desarrollador son más conflictos y más oportunidades para que se demore el inicio del pago de cuotas comunes o más causas para que se le trate de endilgar responsabilidades económicas.

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