Nuevo año, nuevos hábitos
Es usual que con la llegada del nuevo año deseemos proponernos nuevas metas o hacer nuevos propósitos. Este año queremos proponerles algo diferente: nuevos hábitos. Es más fácil desear un objetivo abstracto (orden) que uno concreto (informes contables mensuales firmados con sus comprobantes totales digitalizados antes del día 8 de cada mes), porque la imaginación permite llenar los vacíos que tiene una palabra como “orden” y, a la larga, permitir justificar la indolencia en el compromiso alegando que eso nunca estuvo en el plan. Nada más sencillo que comprometerse a algo que luego uno sabe que podrá evitar. Mientras que si es preciso, como el segundo ejemplo, el compromiso es más fuerte porque es verificable y menos eludible. De la misma manera, es más sencillo desear un objetivo concreto (como el de los informes) que comprometerse con los hábitos que harán ese compromiso algo real y casi inevitable. La razón es sencilla: el objetivo está allá lejos, en la meta y es fácil pensar q...