Ciclo de vida de los condominios II parte

Una vez que el condominio ha comenzado su vida independiente, además de la madurez inicial, hay otros escenarios posibles:

Inmadurez conflictiva: Ya sea por desentenderse del todo de la administración, o por una supervisión excesiva, se impide que se desarrolle una buena administración. Claro que puede suceder también que topen con un mal proveedor para la administración.
El condominio entra en un ciclo de conflictos y cambio constante de administraciones. Hay bandos internos, egoísmo, peticiones y posiciones absurdas de condóminos (planteadas como perder – perder, en donde se asumen daños con tal de causarlos al otro bando). En este tipo de condominio los abogados ganan mucho dinero con la litigiosidad. Este tipo de condominios a veces no madura nunca o le toma muchos años salir de esta etapa.

Madurez idílica: El condominio tiene conciencia de identidad propia, hay autoridad y reglas definidas y claras. Se atienden las necesidades de los condóminos (propietarios y residentes) y hay una buena calidad de vida. En esta etapa el condominio estabiliza su cuota, se atiende adecuadamente la infraestructura y se hacen eventos de disfrute común.

Madurez realista o con conflictos: Por el paso del tiempo y una cierta negación idílica del conflicto, se acumulan conductas reñidas con el reglamento, que estallan en conflictos. Por ejemplo ante la llamada de atención a alguien, se exige que se apliquen estrictamente las reglas y eso evidencia situaciones consolidadas fuera de ellas. O bien las familias han crecido y hay más vehículos de los que caben en garajes y comienzan a ser estacionados incorrectamente y se pretende convertir ese problema, claramente individual, en uno común. O tal vez muchos propietarios se han ido y hay muchos arrendatarios que se comportan inadecuadamente (fiestas, ruido, etc.).
Si ha habido buenas bases durante la madurez idílica se pueden resolver estas situaciones, caso contrario se cae en una regresión a la inmadurez conflictiva, como si nunca hubiera madurado y cae, de nuevo en litigios dirigiendo más fondos a abogados y menos a infraestructura.

Madurez pacífica o tardía: Ya todos saben quién da problemas, cómo controlarlos, cómo controlar a la administración y cuál grado de libertad darle. Suelen descuidarse las formas legales porque ya todos se conocen y no hay problema.

En este punto, si hay una autoridad fuerte y una alta cohesión, puede avanzarse hacia mantener ese mismo estado, pero con cuidado de las formalidades legales (asambleas bien convocadas, por ejemplo) Si no se hace esto, se corre el peligro de que la autoridad y el orden se cuestionen y, como las formas legales se descuidaron, hay motivos para litigios, y si no hay una cohesión fuerte de autoridad, administración y condóminos, puede regresarse a una etapa de inmadurez conflictiva.

El consejo es este: Identifique en qué etapa se encuentra su condominio y actúe antes de que sea tarde.

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